Una investigación liderada por ECOAQUA demuestra que la infauna es una gran aliada para conservar los sebadales

Una investigación liderada por ECOAQUA demuestra que la infauna es una gran aliada para conservar los sebadales

El estudio, desarrollado por el grupo BIOCON del instituto de la ULPGC en 15 estaciones costeras de Suecia, recolectando más de 18.000 individuos de 37 grupos taxonómicos que viven entre las raíces de Zostera marina, permitiría, en su aplicación en Canarias, gestionar de forma más sostenible y reforzar la conservación de las praderas marinas de la popular seba (Cymodocea nodosa), conocidas como sebadales, cuya reducción en las últimas décadas se estima entre el 30% y el 50% a causa de factores como la contaminación, las especies invasoras o la construcción costera

Las praderas marinas son uno de los ecosistemas más productivos y valiosos del planeta, pero también uno de los más amenazados por la actividad humana. Un nuevo estudio internacional liderado por el profesor Rodrigo Riera, del grupo Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del Instituto Universitario ECOAQUA, perteneciente a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), propone una forma más completa de reforzar su conservación y evaluar su estado ecológico: incluir el análisis de la infauna, los organismos que habitan en el sedimento.

 

De esta forma, ECOAQUA, a través de BIOCON, consolida, así, su papel y el de la ULPGC como referentes internacionales en ecología bentónica y gestión de ecosistemas marinos, ofreciendo una nueva herramienta científica para avanzar hacia una gestión más sostenible de los hábitats submarinos, tanto en el Atlántico como en el norte de Europa.

 

Bajo el título ‘Hacia una evaluación ambiental más completa: usar la infauna para conservar y manejar las praderas de Zostera marina’, la investigación, que se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista científica ‘PLOS One’, se ha desarrollado en la costa oeste de Suecia (Skagerrak), donde las praderas de la planta acuática Zostera marina -que en España se pueden encontrar en el Mar Cantábrico y en zonas del Océano Atlántico- llevan décadas en regresión por el impacto humano y los cambios ambientales.

 

Aunque las comunidades epifaunales, aquellas que viven sobre la superficie del sedimento de los fondos marinos, han sido bastante estudiadas, las infaunales, que viven entre las partículas del sedimento del medio marino, han sido, hasta la fecha, poco exploradas.

 

Este estudio, que contó con la colaboración del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y el Instituto de Investigación del Agua (IRSA) del Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR), analiza su variabilidad espacial en 15 estaciones costeras, recolectando más de 18.000 individuos de 37 grupos distintos, desde poliquetos y moluscos hasta quironómidos y oligoquetos. Los resultados mostraron que la biomasa de Zostera marina y la exposición al oleaje son factores determinantes en la estructura de estas comunidades.

Foto-1-del-investigador-Eduardo-Infantes-que-muestra-el-lecho-de-Zostera-marina-frente-al-centro-de-investigacin-de-la-estacin-Kristineber-en-Suecia 

Imagen submarina dividida del investigador Eduardo Infantes que muestra el lecho de Zostera marina situado frente al centro de investigación de la estación Kristineberg, en Suecia, Universidad de Gotemburgo. Imagen obtenida en https://www.eduardoinfantes. com/seagrass-lab/

En conjunto, el estudio ofrece una base científica útil para la gestión y conservación de las praderas marinas, destacando el valor de la infauna como indicador ecológico complementario.

 

Esta investigación es una de las primeras en utilizar las comunidades infaunales como herramienta para evaluar el estado ecológico de praderas de Zostera marina en la costa sueca, aportando, indica Riera, una visión “más completa e integradora al combinar información de infauna, epifauna y factores ambientales, algo poco habitual en estudios anteriores”.

 

Los resultados muestran que las comunidades infaunales responden de forma distinta a las epifaunales, aportando información valiosa sobre el estado ecológico y la regresión de estas praderas, por lo que incluir ambos grupos mejorará la precisión de las evaluaciones ecológicas. “Esto abre la puerta a mejorar las herramientas de diagnóstico ecológico que utilizamos en ecosistemas costeros”, destaca el profesor Riera.


Aplicaciones para los sebadales en Canarias

Pese a que el estudio se realizó en Suecia, sus resultados tienen una relevancia directa para Canarias, ya que las praderas marinas —especialmente las formadas por la popular seba (Cymodocea nodosa), las conocidas como sebadales— cumplen funciones ecológicas similares a las de Zostera marina sueca: proporcionan hábitat, alimento y refugio a numerosas especies marinas, además de proteger el litoral y almacenar carbono.

 

En el archipiélago canario, las praderas de seba o Cymodocea nodosa han sufrido una reducción estimada de entre el 30 % y el 50 % en las últimas décadas debido a presiones humanas como la contaminación, los fondeos, la construcción costera y el aumento de la turbidez del agua.

Foto-2-de-Sebadales-de-Guguy

Imagen de sebadales en Guguy, Gran Canaria.

A juicio del profesor Rodrigo Riera, que, junto a Joana Vasconcelos y Eduardo Infantes, también del grupo BIOCON, y otros dos investigadores, llevó a cabo esta investigación, los resultados obtenidos en Suecia podrían aplicarse en el archipiélago para “usar la infauna como bioindicador del estado ecológico de las praderas canarias, complementando los estudios basados en epifauna o en parámetros físicos y químicos, así como desarrollar evaluaciones ambientales más integrales, que incluyan tanto la diversidad taxonómica como la funcional, mejorando los programas de seguimiento y conservación.

 

Además, afirma, permitiría “identificar zonas con mayor degradación o exposición a impactos humanos, ayudando a priorizar acciones de restauración y gestión”.

 

En resumen, señala Riera, aplicar este enfoque en Canarias “permitiría reforzar la conservación de las praderas de seba Cymodocea nodosa y mejorar la evaluación del estado ecológico costero mediante métodos biológicos más completos y sensibles”.

 

“Integrar la información biológica de todos los niveles del ecosistema nos permitirá monitorizar los efectos del cambio climático y las presiones humanas con mayor fiabilidad”, concluye.

 

Por otro lado, volviendo a Suecia, los índices bióticos aplicados (como AMBI, M-AMBI y BQI) revelaron que la mayoría de las praderas se encuentran en un estado moderadamente alterado, aunque con claras diferencias entre zonas. Las áreas de mayor densidad vegetal, como Skalhavet y Lindholmen, presentaron mejor estado ecológico que las más degradadas, como Finsbo o Kvarnekilen.

El estudio ha sido financiado por la Real Academia Sueca de Ciencias (KVA), a través de ayudas destinadas al Kristineberg Centre for Marine Research and Innovation y a la Universidad de Gotemburgo (Suecia); la Fundação para a Ciência e a Tecnologia (FCT) de Portugal, mediante varios proyectos de investigación y apoyo institucional (referencias: SFRH/BSAB/143056/2018, UIDB/04292/2020, UIDP/04292/2020 y LA/P/0069/2020). Además, la investigadora Joana Vasconcelos recibió apoyo del Programa de Formación ‘Viera y Clavijo’ para Investigadores del Gobierno de Canarias (convocatoria VIERA Y CLAVIJO-2022-CIENCIAS-1).